¿Entonces me pregunto, que pasaría si unos meses antes del matrimonio, un psicólogo de la municipalidad te dice que el “hombre de tu vida, que la madre de tus hijos, que “tu príncipe azul” no te conviene, cancelas todo? No mientas. Piensa, de verdad. Si cuando tu mamá, papá, hermanos, amigos o presentimientos te lo dicen, tú sigues. Creo que menos aún si lo hace otra persona. Podría haber buenos pretextos, se me ocurre por ejemplo: “No conoce nuestra relación”.
No pongo en tela de juicio la buena intención de los 13 Municipios de Lima y el Callao de poner como requisito una prueba psicológica para casarse. Pero me parece muy jalado de los pelos incluir un test, que si bien no te obliga nada, te dice que mejor esperes un ratito o busques a otro. No creo que sea la mejor forma de disminuir los casos de violencia familiar. El examen es para ambos. La Municipalidad de Villa El Salvador está haciendo un piloto. Si la prueba arroja resultados negativos, entonces la pareja pasa a una terapia.
De repente podría hacerse un perfil completo. ¿Por qué sólo la violencia física? Por qué no una prueba que te diga si te sacaría la vuelta. Si miente. Si será buen padre o madre. Si nunca te hará sentir menos. Si no te insultará delante de los niños. Sino los matará porque te fuiste de la casa. Si pondrá a tus hijos en tu contra. Etc. Total, si ya van a examinar tu cabeza.
Si a mí me hubieran dado la alternativa que pasar por esa prueba psicológica, no la hubiera tomado. ¿Para qué? ¿Creen acaso, que seguiría casada, qué no me hubiera divorciado, que hubiera terminado la relación? Fui feliz casada y también lo soy ahora. Cada quien es autor de su vida.